Deportivamente todo va genial en Red Bull. En el ámbito extra deportivo, aunque poco a poco parece que todo se va calmando, aún hay algunos asuntos pendientes. Y aunque se ha rumoreado que algunos ingenieros y trabajadores podrían abandonar el barco del equipo austríaco, como el caso de Adrian Newey, aún no había ocurrido, al menos en cargos importantes.
El primero en hacerlo ha sido Lee Stevenson, el mecánico jefe de Max Verstappen. El británico abandonará la escudería con sede en Milton Keyes de forma inmediata después de 18 años en el equipo. Es una baja importante, ya que lleva mucho tiempo al lado del holandés y tiene mucha experiencia, habiendo estado en las 56 victorias del tres veces campeón del mundo. Además, podría ser una de esas “personas claves” que advirtió Verstappen que no se podían ir del equipo.
Los motivos se desconocen, es decir no hay información si tiene que ver con el ‘caso Horner’ o no, pero ha confirmado que seguirá en la Fórmula 1, en el “otro extremo del pit lane”, por lo que todo apunta a que simplemente quiere buscar nuevos retos. Aún así, es extraño que abandone el equipo austríaco con la temporada ya empezada.
Muy reconocido en Red Bull
Dicho por ambos (Verstappen y Stevenson), se han complementado muy bien en todos estos años que han trabajado juntos en Red Bull. Aunque no se vea siempre, el papel de los mecánicos es muy importante. Fue una de las figuras clave involucradas en la reparación de la suspensión que dañó Verstappen en el GP de Hungría al estrellarse cuando se abrió el pit lane antes de empezar la carrera y que consiguieron reparar en un tiempo récord, permitiéndole subir al podio.
Y es que Stevenson ha sido el mecánico jefe en una etapa donde el monoplaza de Max Verstappen, antes de este Gran Premio de Australia, ha acabado 43 veces seguidas en los puntos. A falta de saber su destino, algún equipo de la parrilla habrá fichado uno de los mejores mecánicos y con más experiencia en una escudería grande de los que hay actualmente.