Takuma Sato dio una exhibición en la tanda final y doblegó a Scott Dixon, el gran dominador de la carrera… justo hasta el momento de la verdad, las últimas 30 vueltas. Sato impuso un ritmo infernal en el último stint, como es habitual en él, y se anotó su segunda Indy 500… bajo bandera amarilla. Un brutal accidente de Spencer Pigot a cinco vueltas del final restó algo de emoción al final de la prueba… aunque no merecimiento al triunfo del japonés.
Una carrera que no fue nada propicia para los españoles. Álex Palou pagó la ‘novatada’ poco después de cruzar el ecuador de la carrera estrellándose contra el muro en la curva 1, mientras que Fernando Alonso nunca estuvo en la pomada y terminó en una discreta posición 21, a una vuelta de la cabeza.
El asturiano llegó al ecuador en 16ª posición, un buen lugar según las previsiones, pero más por las circunstancias que porque tuviera la velocidad en su McLaren como para pensar en la remontada. Sus (pocas) opciones se fueron al traste a 75 vueltas del final, cuando problemas en el embrague le retrasaron en una salida de pits y le obligaron después una parada adicional, volviendo al fondo del pelotón.
A falta de 50 vueltas se la jugó a una estrategia deseperada, que requería de un final caótico, con muchas amarillas que no llegaron. El segundo intento del español en Indianápolis ha sido frustrante, ya que en ningún momento se le ha visto con opciones siquiera de aspirar a un puesto entre los diez primeros.
La primera mitad de carrera fue muy interesante, intensa y estratégica. También accidentada porque hubo hasta cuatro amarillas, lo que permitió el juego de estrategias. De hecho, desde la primera interrupción el paquete se rompió en dos grupos: los de la secuencia del líder y los alternativos, liderados por los Penske y que, inicialmente, incluyó también a Alonso.
Alonso volvió otra vez a la estrategia de cabeza en la siguiente caution, en la vuelta 12, pero los Penske aguantaron con esa jugada hasta casi el ecuador, cuando decidieron volver al son de Dixon y los Andretti, confiando en su fortaleza en la segunda parte de carrera.
Pero se llegó a mitad de carrera con una situación muy parecida a la del inicio, pero con un coche muy beneficiado, el de Fernando Alonso, que se encontró entre los 15 primeros pese a no mostrar mucha velocidad en esa primera parte. De hecho, estuvo a punto de ser doblado por Dixon justo antes de cumplirse el primer tercio de carrera. Un Dixon que, por entonces, llegó a rodar con 10 segundos de ventaja sobre Sato.
Llegaba el momento de tomar posiciones de cara al final y en esa operación Álex Palou acabó su primera aventura en Indianápolis como no se esperaba, contra el muro en la curva 1. Una lástima porque el español estaba noveno y con ritmo, y podía haberse metido en el tramo final de carrera con opciones a hacer un gran puesto.
La carrera se jugó en las últimas cincuenta vueltas. en un mano a mano entre Sato y Dixon, los dos mejores a lo largo de los 200 giros. No hubo lugar para estrategias atrevidas prácticamente desde el accidente de Palou, que dejó la secuencia de paradas muy establecida. Sólo quedaba un duelo de poder a poder.
Fue Sato el que se impuso en las últimas 30 vueltas. El japonés no se guardó nada, tomó la cabeza desde el inicio de la tanda y llegó a abrir casi un segundo de ventaja sobre un Dixon al que le faltó algo de pegada al final. Además, el neozelandés no tuvo opción al último arreón con la interrupción de la prueba por el feo accidente de Pigot, que llevó el pelotón hasta la bandera a cuadros en formación.
Sato logra así su segundo triunfo en la Indy 500, que se anotó por primera vez en 2017 (curiosamente las dos coincidiendo con la participación de Alonso), con el mérito adicional de hacerlo esta vez con un equipo de los modestos, el Rahal Letterman Lannigan. Se convierte, además, en el vigésimo piloto en la historia de la prueba en lograr más de un triunfo.
En el ecuador de la competencia, Pato O’Ward, campeón de la IndyLights en 2018, peleó el top tres de la competencia, pero después los motores Honda se fueron adelante y se hicieron de las cuatro primeras posiciones. Josef Newgarden fue el mejor con motor Chevy, seguido de O’Ward.
Patricio O’Ward fue el mejor novato de la carrera, Alonso acabó 21ro mientras Olliver Askew –también novato- no terminó debido a un accidente. Ese fue el resultado de los pilotos Arrow McLaren SP.