El neerlandés Max Verstappen, triple campeón del mundo, ganó este sábado el Gran Premio de Arabia Saudí, el segundo del Mundial de F1, en el circuito urbano de Yeda, en el que no participó el español Carlos Sainz (Ferrari) -operado de apendicitis el viernes- y en el que firmó un nuevo ‘doblete’ para Red Bull junto a su compañero, el mexicano Sergio Pérez.
Verstappen, de 26 años, reforzó liderato con su segunda victoria en las dos primeras carreras del año -su quincuagésima sexta en la F1, en la que firmó su podio número 100- y ‘Checo’ -subcampeón el curso pasado- confirmó su segundo puesto en el campeonato; en una carrera que el monegasco Charles Leclerc (Ferrari) concluyó tercero; y que el doble campeón mundial español Fernando Alonso (Aston Martin), con otra gran puesta en escena y en una segunda juventud a los 42 años, acabó quinto: un puesto por detrás del australiano Oscar Piastri (McLaren).
El astro neerlandés desea prolongar su reinado en la división de honor del automovilismo y este sábado lo dejó claro con otra victoria que se anotó prácticamente sin despeinarse. No repitió el ‘Grand Chelem’ de Baréin porque Leclerc le arrebató la vuelta rápida justo al final y porque había dejado de liderar durante un par de vueltas -al parar a cambiar neumáticos con la entrada del coche de seguridad- una carrera en la que el sustituto de Sainz, el joven Oliver Bearman, de 18 años, concluyó en un muy meritorio séptimo puesto. Justo por detrás de su compatriota George Russell (Mercedes).
Verstappen había firmado el viernes -después de encabezar todas las tablas de tiempos- su trigésima cuarta ‘pole’, la segunda del año y la primera en Yeda. Donde arrancaba a su lado Leclerc; una fila por delante de ‘Checo’ -ganador en esta pista la campaña pasada- y de Alonso, que había acabado cuarto la calificación.
Desde la tercera línea arrancaban los McLaren de Piastri y del británico Lando Norris -octavo al final-; y justo detrás, los dos Mercedes de otros dos ingleses, Russell y el séptuple campeón mundial Lewis Hamilton, que no pasó del noveno en meta.
Sainz, operado de urgencia de apendicitis el viernes, demostró estar hecho de otra pasta y apareció este sábado en el circuito urbano más rápido del Mundial. Evidenciando asimismo su compromiso con un equipo que prescindirá de él la próximo temporada, cuando vista de rojo Sir Lewis.
En su décima temporada en la F1, el talentoso piloto madrileño se había perdido las carreras de Spa, en Bélgica -con McLaren-, de 2020; y la de Qatar del año pasado -ya en Ferrari-, pero en esas ocasiones fue por averías o problemas mecánicos, no por un episodio médico. Su meta ahora mismo es recuperarse cuanto antes, con miras a retornar en el próximo Gran Premio, el de Australia, que se disputará dentro de dos semanas en Melbourne.
A Sainz lo sustituyó Bearman, que, a los 18 años y diez meses, se convirtió en el más joven debutante en la F1 con Ferrari, mejorando en ese aspecto al mexicano Pedro Rodríguez. Bearman clasificó undécimo y desde esa plaza salió en Yeda, por detrás del japonés Yuki Tsunoda (RB, antigua Alpha Tauri) y del canadiense Lance Stroll, el compañero de Alonso, que partía desde el décimo puesto de parrilla.
Todos tomaron la salida con el neumático medio, salvo el propio Bearman -que avanzaría cuatro puestos en carrera- y el finlandés Valtteri Bottas (Stake Sauber), que lo hicieron con el blando.
‘Mad Max’ salió bien y ‘Checo’ atacó a Leclerc. Pero los de delante mantuvieron sus puestos en la primera de las 50 vueltas que se dieron -con luz artificial- a la pista que baña el Mar Rojo. Salvo Alonso, al que rebasó Piastri, el mejor ‘rookie’ del año pasado.
En el cuarto giro, cuando el astro neerlandés ya rodaba adelantado, ‘Checo’ evitó que Leclerc lo siguiera ralentizando y se colocaba segundo, Por detrás, Stroll le había arrebatado la novena plaza a Tsunoda poco antes de accidentarse en la vigésima segunda de las 27 curvas del circuito. Provocando la entrada en pista del coche de seguridad, lo que aprovechó la mayoría para parar e instalar el compuesto duro con el que aguantarían hasta meta.
McLaren y Mercedes cruzaron estrategias internas. Norris -que tomó el liderato en ese momento- y Hamilton -que ascendió al tercer puesto provisional- se quedaron en pista, a diferencia de sus compañeros, Piastri y Russell, respectivamente. El ‘safety’ se fue en la novena vuelta y cuatro más tarde, Verstappen recuperaba el primer puesto; poco antes de que ‘Checo’ adelantase a Hamilton, al que acabaría superando también Leclerc.
Al principio de la 18, en la recta principal, el bravo piloto tapatío superaba a Norris y recuperaba el ‘1-2’ para Red Bull, poco después de conocer que en el ‘baile’ de boxes le habían sancionado con cinco segundos por una liberación insegura (‘unsafe release’, en inglés).
Por delante, Verstappen marcaba la vuelta rápida provisional en la 24, una antes de rebasarse el ecuador de la prueba; que Alonso cruzó séptimo: el puesto que la simulación le reservaba para este sábado en meta. Y que mejoró en dos, después de una carrera que el nuevo buque insignia de Aston Martin calificó como “mentalmente dura”, defendiéndose constantemente del Mercedes de Russell.
‘Checo’ le sacaba ya más de seis segundos a Norris, por lo que no peligraba su segunda plaza. Y Leclerc rodaba entre Lando y Hamilton -que tenían que parar aún-, por lo que virtualmente estaba en el podio, por delante de Piastri y del genial piloto asturiano: en una segunda juventud, a los 42 años; y que hace justo 21 sumaba sus primeros puntos en F1, en el Gran Premio de Australia de 2003.
A falta de veinte giros, el monegasco era tercero en pista, por detrás de los toros rojos. Hamilton paró en la 37, cambió a blandos para afrontar la recta final de la carrera; y regresó a pista noveno. Norris calcó la operación de su compatriota y volvió en octava posición, una por delante del espectacular y excéntrico campeón de Stevanage.
Alonso le dio un “pequeño beso al muro en la curva 9” -tal y como les indicó a sus ingenieros por comunicación interna-, cuando más lo apretaba Russell, pero seguía rodando quinto, en ‘modo calificación’ y apretando al máximo, a diez para meta. En espera de que llegasen o no los dos ingleses que acababan de parar -que se ‘peleaban’ entre ellos, en una pugna en la que Norris vio la bandera blanca y negra-. Y los británicos no llegaron
Russell y Alonso marcaban vueltas rápidas personales. Y Norris y Hamilton acabaron perjudicándose a sí mismos, sin poder alcanzar al debutante Bearman, que acabó la prueba en una muy meritoria séptima plaza y fue elegido ‘Piloto del Día’.
Al final, (casi) todos contentos. Verstappen logró la victoria número 115 para la potente escudería austriaca, convirtiéndola, de momento, en la cuarta de todos los tiempos en ese apartado. Red Bull enfrió con otra exhibición su muy convulso momento fuera de las pistas; Leclerc firmó su primer podio del año; Piastri demostró que no fue el mejor debutante de 2023 por casualidad; y Alonso confirmó una vez más que su palmarés está muy por debajo de lo que se merece uno de los mejores pilotos de la historia.
Sainz, arropado en Yeda por su padre -doble campeón mundial de rallys y cuádruple ganador del Dakar, de idéntico nombre- y por su primo -y representante- ‘Caco’, fue de los primeros en felicitar a Bearman tras su notable puesta en escena. Pero lo normal es que el inglés siga completando su progresión en la F2. Y que, si todo va bien, el que se vuelva a subir al Ferrari dentro de dos semanas, en Albert Park, sea, lógicamente, Carlos.