Daimler Benz: la empresa matriz de Mercedes: se reunirá el 12 de febrero en su sede de Sttutgart para evaluar si continúa su programa de Fórmula 1 a partir de 2021.
Los problemas económicos de la marca, que en 2019 sufrió por primera vez pérdidas desde 2009, apuntan a un ajuste de personal que se especula que podría afectar a unos 10.000 empleos, lo que obliga a replantearse también la inversión en F1, que ronda actualmente los 330 millones de euros anuales. El nuevo giro de planteamiento también se relaciona con las peticiones desmesuradas de Lewis Hamilton para renovar con la escudería de Brackley hasta 2024, por un montante de 55 millones anuales de sueldo, es decir 220 millones, cuando las intenciones del nuevo presidente, Ola Kallenius eran ahorrarse 1.000 millones en las próximas temporadas.
El futuro del equipo, según algunos rumores, podría ser el de una asociación entre su actual CEO, Toto Wolf y Lawrence Stroll, propietario de Racing Point, para una nueva escudería que podría estar bajo el nombre de Aston Martin.
Mercedes tiene acuerdos vigentes para suministrar motores a varios equipos, como es el caso de McLaren, que dejará Renault a finales de 2020 para llevar unidades de la firma de la estrella hasta 2024, según se anunció el año pasado. Estos contratos quedarían a salvo en principio, aunque otras voces aseguran que estarían unidos directamente al futuro de la actual Mercedes AMG F1.
A finales de 2019 se dio por buena una reunión en París entre Liberty Media y Mercedes, para firmar el nuevo Pacto de la Concordia a partir de 2021 y realizar la inversión necesaria para fabricas sus coches, pero estas intenciones parecen haberse quedado estancadas.