Lágrimas de Fernando Alonso … Una ilusión para Renault

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Una imagen que no muchos vieron… Horas después de ser despedido a lo grande por la Fórmula 1 y de que Hamilton y Vettel le escoltaran en su adiós, Fernando Alonso abandonó el paddock casi desierto de Abu Dabi con lágrimas en los ojos.

Se despedía así de casi dos décadas frenéticas en busca de nuevas experiencias… Hasta siempre, decía en su McLaren. Y casi dos años después, el asturiano vuelve a la F-1 porque el Gran Circo es su vida. Ama profundamente las carreras y el deporte donde los números, esos que son tan injustos con su talento, le colocan entre los cinco mejores de la historia en casi todas las clasificaciones menos en la de títulos mundiales. Fernando se quejaba hace unos días de la falta de creatividad en los reglajes, en las estrategias y hasta fuera de la pista: “Al final acabas diciendo lo que los demás porque no te merece la pena ser sincero, sólo te trae problemas”. También de las enormes diferencias en pista y de que el 2021 con Renault será parecido a su adiós en 2018: “Pero para regresar en 2022, mejor prepararlo compitiendo que jugando a la play”. Sin embargo, este Renault actual, que no diferirá mucho del del año próximo, igual nos depara alguna que otra sonrisa.

El cuarto y quinto puestos de Ricciardo y de Ocon en meta son el primer gran resultado como equipo de la escudería este año. El coche amarillo y negro va especialmente bien en pistas de baja carga aerodinámica y, en el primer sector de Spa (una reproducción en pequeño de Monza), fue más veloz incluso que los Mercedes. Como falle Verstappen, el primer podio de Daniel podría producirse en Monza. En Enstone y Viry-Chatillon esperan con ilusión la llegada del asturiano, que puede poner el número cien en su casillero de podios a poco que se le ponga a tiro. Lleva 97. Para volver a verle en una pista de Fórmula 1 (sin competir) habrá que esperar aún a octubre.

Ya ha avisado de que volverá seguro en Imola, pero antes piensa ir a Enstone a comenzar la preparación de la temporada próxima. Allí ya hay un departamento dedicado en exclusiva al coche de 2022. Creen que el techo presupuestario les permitirá tutear a los grandes dentro de dos temporadas. No son los únicos, pero al menos en el equipo galo se trabaja con ganas en el futuro. El coche actual falla en circuitos de alta carga aerodinámica y brilla en el cuidado de los neumáticos. Lo mejor de la vuelta rápida de Ricciardo en Spa no fue la anécdota en sí, sino el hecho de lograrla con rueda muy desgastada, con más de 30 vueltas.

Decía Ciryl Abiteboul en Movistar que el único nubarrón del fin se semana fue el abandono por rotura de motor de Sainz. Se le cascó el cilindro. Después de tocarse varias veces y de forma nerviosa la mascarilla, el jefe del equipo galo aseguró que igual era algo que le había entrado al motor. Si preocupante es que a Carlos ya se le empezara a calentar el actual propulsor desde la carrera de Austria, más aún es que el de Barcelona le haya durado una sola carrera. Salvo milagro, le tocará penalizar desde el fondo de la parrilla. La realización televisiva le pilló llevándose las manos a la cabeza al ver como adelantaban como aviones a su futuro Ferrari.

En teoría el piloto madrileño tiene razones de sobra para preocuparse. Los motores estarán congelados. Sin embargo, en Maranello trabajan aireando sus problemas para que en los ‘tokens’ de fiabilidad les cuelen un cambio de incremento de potencia en su unidad de combustión. Ahora Renault tiene un motor claramente mejor que el de los coches rojos. Me extraña que vaya a ser así el año próximo. La batalla entre Fernando y Carlos está servida.