Juan Manuel Correa, que este año participará en la Fórmula 3, volvió a conducir un monoplaza durante un test privado en el circuito de Paul Ricard.
533 días después del terrible accidente de Spa-Francorchamps, Juan Manuel Correa volvió a ponerse al volante de un monoplaza.
El piloto ecuatoriano-estadounidense, que este año, para asombro de todos, anunció su participación en el campeonato de Fórmula 3 con los colores de ART Grand Prix, se subió ayer al habitáculo de un GP3.
Correa anunció su regreso al volante con un emotivo post en Twitter: “15 de febrero de 2021: 533 después de Spa vuelvo a estar por primera vez dentro del habitáculo de un monoplaza”.
“Me resulta difícil describir con palabras lo que esto significa. Lo único que puedo decir es gracias a todos los que me han apoyado hasta ahora. Anthoine Hubert estuvo conmigo hoy”.
Desde aquel terrible 31 de agosto de 2019, el día en que Hubert perdió la vida, ha comenzado un nuevo reto para Correa. El piloto ha sido sometido a numerosas operaciones para salvar su pierna derecha, tremendamente destrozada en el accidente, pero nunca ha perdido la esperanza de volver a conducir algún día.
A través de su perfil de Instagram, siempre ha puesto al día a sus seguidores sobre sus progresos, llegando incluso a declarar abiertamente que quería volver a ponerse el casco y el mono en 2021.
Parecía una declaración sin fundamento, pero Correa fue fiel a su palabra y el 1° de febrero sorprendió a toda la comunidad del automovilismo al anunciar un acuerdo con el equipo ART Grand Prix para disputar todo el campeonato de Fórmula 3.
“En el último año y medio no he conducido un monoplaza y tengo una gran curva de aprendizaje por delante, pero afrontaré esta temporada con la mente clara, no me presionaré, lo haré lo mejor posible, haré lo que me gusta. Esto ya es una victoria”.
Independientemente de los resultados que obtenga este año, el regreso al coche es la victoria más bonita que podría conseguir Juan Manuel Correa.