El primer triplete de carreras en Austria y Hungría ha permitido sacar las primeras conclusiones sobre la Fórmula 1 2020. Mercedes sigue dominando con mano de hierro la parrilla del Gran Circo. Racing Point es la sorpresa del campeonato con su copia, no ajena de polémica, del W10 y Ferrari ha dado varios pasos atrás hasta convertirse en un vulgar coche más de la zona media.
El retroceso del Cavallino Rampante es de tal magnitud que la escudería de Maranello ha firmado su peor inicio en la era híbrida. Es cierto que en el Gran Premio de Estiria 2020 Charles Leclerc y Sebastian Vettel no sumaron ningún punto tras colisionar en la salida, hecho que influye en demasía en la consecución de este récord negativo, ya que Leclerc y Vettel han agregado seis puntos menos que los cosechados Fernando Alonso y Kimi Raikkonen en Australia, Malasia y Bahréin 2014, pero también es verídico que todas las alarmas se han encendido al norte de Italia porque el SF1000 necesita mejorar urgentemente a nivel aerodinámico y unidad de potencia antes de que la FIA congele muchas piezas del monoplaza rojo de cara a la próxima temporada debido a la crisis de la COVID-19.
Porque para encontrar un inicio peor del conjunto italiano hay que regresar al 2009. Tras tres pruebas celebradas, Kimi Raikkonen y Felipe Massa habían conseguido cero puntos al volante del F60, si bien este año fue la última edición donde sólo puntuaban los ocho primeros clasificados. Actualizando los resultados logrados por el finés y brasileño con el sistema de puntuación vigente en estos grandes premios, Ferrari hubiera obtenido tres puntos gracias a la novena posición de Massa en Sepang y el décimo puesto de Kimi en Shanghái.
“Hay que cambiar todo lo que sea necesario porque esta dinámica es inaceptable. No hay otra solución posible. Que nos doblen es doloroso”, admitió Mattia Binotto tras el Gran Premio de Hungría 2020.