Llegó la segunda temporada del documental de Netflix sobre la Fórmula 1, repitiendo el formato de 10 capítulos donde van variando los escenarios y los protagonistas y por primera vez, con la presencia de Ferrari y Mercedes, grandes ausentes en la primera entrega.
Al igual que la versión 2019, la segunda temporada de F1 se acerca a los rincones más inaccesibles para la afición, acompañando a pilotos y responsables de equipos, no solo dentro de los circuitos, sino también en su día a día.
El carácter de los protagonistas se vuelve totalmente diferente en la intimidad, con más chascarrillos y comentarios banales a pesar de que no todos logran abstraerse completamente de la presencia de las cámaras.
Un protagonismo excesivo del equipo Haas fue una de las mayores notas negativas de la entrega, esto no debió ser visto de igual manera por los productores, pues han repetido en esta versión de 2020, dándole al equipo de Steiner gran presencia en el primer capítulo y el total protagonismo en el segundo.
Otro punto importante de esta temporada es que Netflix y la Fórmula 1 habían logrado convencer a Mercedes y Ferrari de tomar parte en la serie, lo cierto es que todo lo relacionado con el fabricante alemán, actual campeón, resulta de lo más interesante. No así con el equipo rojo, que tras un año repleto de drama y tensiones, su paso por la serie no podía resultar más insustancial.
Sergio Pérez tuvo grandes dosis de protagonismo al entrar en ebullición con Esteban Ocon en la temporada pasada, en esta nueva versión las gaviotas de Montreal ocupan más metraje de video que Sergio Pérez, y eso que el nuevo Racing Point tuvo momentos de sobresalto a lo largo de la temporada.
Carlos Sainz tiene presencia en varios episodios, tanto en el que trata el cambio de equipo de Daniel Ricciardo y cómo este provocó una reacción que afectó a Sainz, como en la locura del GP de Brasil.
Un punto importante, es de agradecer que Netflix se esfuerce en doblar a diferentes idiomas este documental .