La necesidad de ídolos en un país en el que no surgen figuras inspiradoras para el pueblo con frecuencia, ha llevado al mexicano a arropar a los pocos héroes surgidos en cualquier ámbito popular.
Leyendas han nacido para rebasar su propia disciplina, teniendo en Hugo Sánchez, Julio César Chávez o Fernando Valenzuela, a verdaderos fenómenos que han paralizado a toda una nación con sus actuaciones en el deporte.
En el automovilismo, han sido pocas las estrellas, desde un Pedro y Ricardo Rodríguez cuya historia terminó en tragedia, hasta un Adrián Fernández poniendo al deporte motor en los medios acostumbrados a llenarnos de crónicas futbolísticas.
De ahí la importancia de un Sergio Pérez, el joven que, en enero del 2011, tomaba la alternativa en la F1, siendo parte del equipo Sauber y comenzando a encender televisores de los mexicanos en cada carrera.
Pasaría por momentos sublimes y caídas estrepitosas, hasta aquella victoria en Sakhir y su posterior llegada a Red Bull, momento para los fans inquebrantables, esos que defienden a sus ídolos por encima de todas las cosas. Pronto se podrían a ver las gorras, playeras, camisas, sudaderas, toda mercancía de “Checo” por las calles.
Pero ¿Hasta a donde llevaremos a Sergio Pérez?… Está claro, ya come en una mesa aparte. Su historia está escrita desde ahora con letras de oro en el deporte de nuestro país. Seguramente esta se extenderá aún más, de la mano o no de Red Bull, pero ¿Es válido bajarlo del “Olimpo” para ser criticado?
Por supuesto que lo es, más allá del ídolo, de la leyenda, existe el deportista, quien cada Gran Premio sale a contender, se pone en la mirada del mundo para aplaudir sus triunfos o señalar sus errores.
Discutirlo no hace a alguien más o menos mexicano, más o menos aficionado. Ni siquiera lo convierte en un detractor o retira su apoyo hacia quien con su talento ha escalado al sitio en que se encuentra.
En un abrir y cerrar de ojos, Sergio dejará a Red Bull, tomará una decisión para su vida más que para su carrera. Y entonces ¿A quién abrazaremos? O mejor pregunta aún ¿Los nuevos fans continuarán viendo la F1?
Si esto sucede, si la afición por el deporte motor continúa, será de mayor relevancia la figura de Sergio Pérez. Aún más si esos que encienden su televisor para ver la F1 o acuden año con año al Gran Premio de México voltean a ver las categorías nacionales.
Entonces, dejemos de pelear con quienes señala lo deportivo, aprendamos a disfrutar de uno de los mejores momentos para el deporte motor mexicano, aceptemos la crítica. No sabemos cuánto tiempo parará para tener a una figura de este tipo, disfrutemos, vivámoslo y emocionémonos… Hasta el próximo ídolo.