Red Bull, que inicialmente participaba en la Fórmula 1 como patrocinador, especialmente de Sauber, dio un paso audaz al adquirir el equipo Jaguar Racing en 2004. Este proyecto tenía raíces en el fallido Stewart Grand Prix de los años 90 y venía de un periodo complicado para Jaguar, que en cinco temporadas solo logró dos podios con Eddie Irvine (2001 y 2002).
La compra, liderada por Dietrich Mateschitz, fue recibida con escepticismo. “Nuestra decisión tiene sentido comercial, pero también personal, ya que amo este deporte”, explicó Mateschitz, quien veía esta adquisición como la culminación del programa Red Bull Junior, diseñado para identificar y promover talentos desde el karting hasta la F1.
Antes de esta decisión, hubo un intento de transformar Jaguar en “Ford Team China”, liderado por Mark Gallagher, exdirector de patrocinio. Aunque avanzó considerablemente, con incluso un modelo a escala del auto en Shanghái, la falta de apoyo tanto de Ford como de China frustró el proyecto. Esto llevó a que Mateschitz adquiriera el equipo por un simbólico euro, evitando un costoso cierre para Ford.
La llegada de Red Bull a la F1 enfrentó dudas iniciales. En la planta de Milton Keynes, los 600 empleados no entendían cómo una empresa de bebidas podía triunfar donde Ford había fallado. Sin embargo, un discurso visionario de Mateschitz marcó el rumbo: “Estamos aquí para ganar”. Este enfoque comenzó a dar frutos en 2010, cuando Sebastian Vettel, producto del programa Red Bull Junior, ganó su primer título mundial. Con él, el equipo obtuvo cuatro campeonatos consecutivos (2010-2013) y consolidó su lugar en la historia de la F1.
El éxito continuó con pilotos como Daniel Ricciardo y, más recientemente, Max Verstappen, quien ya suma tres títulos mundiales y parece encaminado a igualar a Vettel con una cuarta corona.
En 20 años, Red Bull Racing ha competido en 390 Grandes Premios, logrando 121 victorias, 103 poles y 281 podios, superando a Williams como el cuarto equipo más exitoso, solo detrás de Ferrari, McLaren y Mercedes. Tras asociarse con Cosworth, Ferrari, Renault y Honda, Red Bull se prepara para 2026 con un ambicioso reto: desarrollar su propio motor con el apoyo de Ford, cerrando así un círculo que comenzó hace dos décadas.