El 2021 sigue sin traer novedades respecto a la situación de Lewis Hamilton. Y es que, si muchos dan por hecho que el piloto británico correrá en la Fórmula 1 este año, la realidad es que ahora mismo está fuera de la parrilla. Su contrato con Mercedes llegó a su fin y la renovación, que se esperaba hace varias semanas, sigue sin llegar. El caso es, cuanto menos, extraño y la pregunta es: ¿se quedará Hamilton sin asiento?
Que Hamilton y Mercedes no hayan estampado sus firmas en un nuevo contrato obedece a las discrepancias económicas que hay entre ambos. No son pequeñas, además. A lo largo de los últimos meses se ha especulado sobre lo que pedía cobrar Hamilton, desde los 30 hasta los 70 millones de libras por temporada. El margen se ha ido reduciendo y los expertos apuntan a 40 ‘kilos’, que Mercedes no llega a pagar.
Las exigencias de Hamilton no acaban ahí. Quiere firmar por cuatro años y, además, incluir varios bonus. El primero, una prima del 10% sobre los premios de la escudería si se ganan nuevos títulos (este año fueron 145 millones de euros, es decir, 14,5 irían para el británico). Lo segundo, un exclusivo Mercedes AMG One de regalo. Es lo que apunta Motorsport.
Lo anterior es, a ojos de Oka Kallenius, presidente de Daimler, una locura. Daimler es, nada más y nada menos, la propietaria de la marca Mercedes y posee un tercio de las acciones de Mercedes F1. Kallenius es miembro del consejo de administración de la compañía Daimler y aprieta a Mercedes y le pide a Toto Wolff, director de la escudería, no tardar en alcanzar un acuerdo con Hamilton. De no hacerlo se guarda un as en la manga: George Russell.
Russell, el futuro
Daimler quiere hacerle ver a Hamilton que tiene la sartén por el mango en las negociaciones. Russell tiene un gran cartel y, aunque su figura no puede ser comparable con la de Hamilton tanto a nivel de piloto como mediático, está muy bien considerado dentro de Mercedes. En el Gran Premio de Shakir, donde corrió con el Mercedes de Hamilton, baja por coronavirus, convenció a todos.
Aquella prueba hizo daño a la figura de Hamilton. Mercedes y sobre todo Daimler se dieron cuenta de que hay vida más allá del heptacampeón del mundo y que su renovación no tiene que ser a cualquier precio. El nombre de Russell está sobre la mesa, aunque Wolff, que mantiene una excelente relación con Hamilton y renovó hace semanas por tres años, pide tiempo para aclarar el asunto con el bueno de Lewis.
Visto así, da la sensación de que Hamilton y Mercedes están aún a una distancia considerable como para cerrar un acuerdo. Más si se tiene en cuenta que la escudería alemana no pretende firmar por cuatro años a un piloto que tiene 35 años y con todo el talento que viene por detrás (sí, otra vez Russell). Pero Hamilton todavía tiene cuentas pendientes en el Gran Circo, la principal es superar a Michael Schumacher en títulos, y Toto Wolff le quiere convencer de que lo mejor es que renueve con ellos.
Ineos, clave
En otros tiempos, Mercedes y Daimler habrían hecho todo lo posible por renovar a Hamilton. Eso significaría darle todo lo que pidiera. Pero ahora, en plena crisis económica provocada por la pandemia, no. Aunque no todo está perdido para los intereses del piloto británico, que todavía puede salirse con la suya y cobrar el pastón que pide. La clave la tiene Ineos.
Mercedes F1 está repartida en tres partes. Sus acciones se dividen entre Daimler, Toto Wolff e Ineos a partes iguales, un tercio para cada uno. Daimler ha dejado claro que no está dispuesto a pagar a Hamilton lo que pide y ahora es cuestión de que Ineos vea conveniente o no poner la diferencia de dinero entre lo que da uno y lo que pide el otro. No debería tardar mucho en dar una respuesta puesto que en apenas dos meses arranca el Mundial de 2021. El futuro de Hamilton es ya un culebrón en toda regla.