El piloto mexicano Adrián Fernández, en colaboración con la organización del Gran Premio de México, planea rendir un emotivo homenaje a Pedro Rodríguez durante el próximo Gran Premio Histórico de Mónaco. En este evento, Fernández, destacado excompetidor de IndyCar, tomará las riendas del legendario BRM, el mismo automóvil con el que Rodríguez aseguró su última victoria en la Fórmula 1 en 1970, un año antes de su trágico fallecimiento. Para Fernández, quien ahora es el orgulloso propietario del BRM P153, esta adquisición representa un invaluable tesoro histórico.
“Fue Pedro Rodríguez quien sembró en nosotros, los mexicanos, la pasión por las carreras automovilísticas. Yo tenía apenas siete u ocho años cuando él nos dejó. Lamentablemente, no tuve la oportunidad de conocerlo en persona, algo que habría deseado enormemente. Es una de las ausencias que lamento profundamente, pues me habría encantado contar con su apoyo durante mi trayectoria en Europa, especialmente en mis inicios”, compartió Fernández en una entrevista con Motorsport.com.
A sus 61 años, después de haber alcanzado el subcampeonato en IndyCar, un podio en las 24 Horas de Le Mans con Aston Martin y el título en la American Le Mans Series, Fernández ha decidido concederse un auténtico regalo adquiriendo este monoplaza, un gesto que le llena de emoción no solo por su valor histórico, sino también por la conexión que siente con él.
“Me siento como un niño en una tienda de dulces. Es simplemente increíble. Ahora puedo experimentar todo esto, compartiéndolo además con mi hijo, quien no tuvo la oportunidad de verme competir. Han sido 32 años de un arduo, pero gratificante, camino. Aquí es donde uno entiende que los sacrificios valen la pena, porque hay recompensas como esta”, expresó Fernández con entusiasmo.
“Ya estamos confirmados para competir en Mónaco, una experiencia completamente nueva para mí. Correr el auto de Pedro Rodríguez en un circuito tan icónico como Mónaco, es un honor inmenso. Pedro fue el pionero del automovilismo mexicano, el que abrió el camino. Será una experiencia maravillosa”.
En esta emocionante travesía, Fernández ha contado con el respaldo del Gran Premio de México para diseñar una decoración que honre los colores clásicos del automóvil, a la vez que refleje la esencia de la carrera que se celebra en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
“Traer de vuelta este automóvil a manos de Adrián es recuperar una parte invaluable de nuestra historia y cultura. Después de que Adrián lo pilotara en el aniversario del Autódromo, quedó cautivado y ahora ha tenido la oportunidad de adquirirlo. La carrera en Mónaco marcará su despedida formal del escenario europeo y será un tributo conmovedor para Pedro”, comentó Rodrigo Sánchez, responsable de marketing del Gran Premio de México y figura clave en la adquisición del vehículo por parte de Fernández.
