Sabemos que hay vehículos que funcionan con petróleo, electricidad y gas. Ahora, hay que añadir una nueva forma de mover motores, y comienza en nuestra propia basura. Este es el objetivo del proyecto Life Methamorphosis: conseguir biometano a partir de residuos orgánicos. Así es como, en cinco pasos, nuestros desperdicios orgánicos se convierten en gas renovable.
Para producir el biometano se selecciona la basura que proviene de los residuos orgánicos y lo aprovechable de los contenedores grises. Ésta será la materia prima que se convertirá en biocombustible.
Transformar. Una vez seleccionados los residuos orgánicos, comienza el proceso de transformación. Se introducen en unos digestores anaeróbicos de 26 metros de altura, equivalente a un bloque de pisos de ocho plantas, con una capacidad individual de 4.500 m3. Dentro del digestor no hay oxígeno, por lo que empieza un proceso de descomposición que genera unos gases. Después de unos 30 días, se consigue biogás con un 65% de metano. “Este biogás aún no tiene la calidad suficiente para alimentar un motor de gas, así que es necesario refinarlo”, además, todo se aprovecha, ya que los restos del material orgánico no convertido en biogás se utilizan como fertilizante.
Refinar y comprimir. En este momento tenemos una mezcla de metano y dióxido de carbono, pero necesita refinarse para lograr un biometano de calidad óptimo para los automóviles. Tras esta fase de refinado, el gas pasa a comprimirse y almacenarse.
Repostar. El biometano ya está listo para el uso directo en cualquier vehículo que funcione a gas. El repostaje del depósito en la gasinera del proyecto no dura más de tres minutos. “Este biometano puede inyectarse en la red general de gas. Químicamente tienen la misma composición, por lo que es válido utilizarlo tanto directamente como mezclado con gas convencional”, afirma Shepherd.
Con este gas renovable abordamos temas muy importantes hoy en día: contribuir a la economía circular, reducir residuos y reducir gases de efecto invernadero, ya que su producción y uso genera un 80% menos de emisiones de CO2 que la gasolina”. Actualmente tres SEAT León y un Arona están funcionando con este biometano para comprobar su efecto en sus motores tras rodar un mínimo de 30.000 kilómetros cada uno.
El proyecto Life Metamorphosis persigue mitigar el cambio climático gracias al uso de biometano procedente de plantas de tratamiento de residuos como combustible para transporte. Además de SEAT, participan empresas como Aqualia, FCC, Naturgy, Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y el Institut Català d’Energia (ICAEN).