Hamilton declara que vio “cosas extrañas” para evitar su éxito en el mundial de la F1.

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Hamilton ha hecho unas sorprendentes declaraciones en las que deja caer que había una conspiración contra él en sus dos primeras temporadas en la Fórmula 1, en los años 2007 y 2008 y en las que las polémicas persiguieron constantemente tanto al piloto como al equipo McLaren.

Hamilton debutó en 2007 compartiendo equipo con Fernando Alonso, quedando a final de año ambos empatados en la segunda posición del mundial y a un solo punto de Kimi Raikkonen. En 2008, con Alonso fuera de McLaren y el dócil Heikki Kovalainen en su lugar, Hamilton ganó su primer título y se convirtió en el, por entonces, campeón más joven de la historia.

El actual piloto de Mercedes participó en el programa estadounidense ‘In Depth’, presentado por Graham Bensinger, y allí contó que “ocurrían cosas extrañas esos años, la gente hacía cualquier cosa para evitar que tuviera éxito”. Hamilton se queja en concreto de los comisarios de la FIA, quienes según él “me sancionaron mucho en esos dos años sin tener culpa”.

Se queja especialmente Hamilton del Gran Premio de Bélgica de 2008, recordado por su duelo en las últimas vueltas con Kimi Raikkonen, montando ambos ruedas de seco en un circuito mojado. El finlandés se estrelló y Hamilton ganó la carrera, pero horas después fue descalificado por hacer un adelantamiento ilegal y la victoria terminaría en manos de Felipe Massa.

Ese 2008 Lewis Hamilton fue sancionado en más carreras, como Malasia por estorbar durante la clasificación, Francia, por adelantar ilegalmente a Sebastian Vettel, o Japón, por provocar un accidente en la salida. Pese a todo, pudo ganar el mundial en la última curva del Gran Premio de Brasil gracias a un adelantamiento in extremis sobre Timo Glock.

Lo más llamativo de su declaración es su queja respecto al año 2007, su temporada de debut y que estuvo rodeada de polémicas e incluso acusaciones de sabotaje hacia su compañero de equipo, Fernando Alonso. En toda la temporada 2007, Hamilton no sufrió ninguna penalización y se vio directamente implicado en tres polémicas que bien podrían haber cambiado el curso del mundial.

La primera fue en el GP de Europa, en Nurburgring, cuando Hamilton quedó atrapado en la puzolana y una grúa salió a rescatarle, permitiéndole finalizar la carrera. La segunda sería en Hungría, cuando la FIA le quitó la pole a Alonso mandándole a la sexta posición de salida, y dejando a Hamilton en la posición privilegiada para ganar una carrera que terminaría siendo clave. La tercera en Fuji, Japón, donde unos frenazos bruscos de Hamilton bajo régimen de Safety Car provocaron un accidente entre Webber y Vettel que no tuvo penalización.

Además, también en 2008 hubieron algunos hechos que le beneficiaron, como las órdenes de equipo, por aquel entonces prohibidas, para que adelantase a Kovalainen en Hockenheim. O como la carrera amañada por Renault en Singapur que acabó costándole la victoria y el mundial a Felipe Massa, quien iba líder antes de la salida del coche de seguridad.

En cualquier caso, Lewis Hamilton reconoce en la entrevista que “a los 23 años supongo que no tenía la madurez suficiente como para entender todo lo que pasaba ni disfrutarlo. No estaba preparado para los medios de comunicación. No me enseñaron a lidiar con ellos, a hablar a las cámaras, a hablar con la gente. Simplemente llegué y me tiré al vacío sin saber nada. Lo manejé lo mejor que pude”.

Por otro lado, se mostraba “orgulloso” de la diversidad que existe ya en la categoría.