Red Bull está planeando una evolución de su coche actual, el RB20, para 2025, al considerar que una renovación radical no sería conveniente.
Con la escudería de Milton Keynes envuelta en una intensa lucha por el campeonato con McLaren, son conscientes de que, si no logran avances significativos este invierno, podrían enfrentar una campaña aún más complicada el próximo año.
No obstante, factores como los límites de costes y la necesidad de intensificar los esfuerzos para la revolución de las reglas en 2026, cuando Red Bull tendrá su propio motor, han llevado al equipo a evitar cambios drásticos.
Christian Horner, jefe del equipo, habló sobre cómo están gestionando los distintos retos de ahora, del próximo año y de 2026: “En este negocio, siempre estás haciendo malabarismos y debes avanzar paso a paso. No puedes planificar demasiado lejos. A largo plazo, en la F1 significa unos dos meses y medio, y lo que aprendemos este año es relevante para el próximo.”
“El coche del año que viene será una evolución del de este año. Hay muchos componentes del coche del año pasado que hemos trasladado a este año porque, con el límite de costes, a menos que haya una mejora significativa en el rendimiento, no tiene sentido cambiar.”
El desafío del motor
La decisión de Red Bull de no realizar grandes cambios en el coche para el próximo año coincide con sus preparativos para utilizar su primer motor propio en 2026.
La inversión en su nueva división, Red Bull Powertrains, es significativa, y están convencidos de que a pesar de los enormes costos, traerá beneficios.
“Es, con diferencia, nuestro mayor desafío”, añadió Horner. “Hemos creado una nueva empresa, reclutado agresivamente a 600 personas, construido una fábrica y reunido a un equipo que trabaja bajo la cultura de Red Bull, que ha tenido tanto éxito en la parte del chasis.”
“Muchos de estos ingenieros provienen de equipos y proveedores competidores de la F1. Es un reto enorme, pero ya estamos viendo los beneficios de tener a los ingenieros de chasis y motor trabajando codo a codo, integrando el motor del 26 en el coche del 26.”
Problemas con el túnel de viento
A medida que Red Bull ha profundizado en los problemas que han frenado el progreso del RB20, han detectado problemas de correlación con su túnel de viento.
El equipo ha utilizado las mismas instalaciones de Bedford desde su ingreso a la F1 en 2005. Aunque están construyendo un túnel de viento de última generación en Milton Keynes, es improbable que esté listo antes de 2026.
Horner reconoció que, aunque han mejorado Bedford a lo largo de los años, el túnel no está a la altura de las instalaciones más modernas.
“Siempre hemos conocido las limitaciones del túnel”, comentó. “Pero ahora que estamos empujando los límites aerodinámicos de estos coches, esas limitaciones se hacen más evidentes.”
La decisión de invertir en un nuevo túnel de viento llegó cuando quedó claro que no se prohibiría el uso de estas instalaciones en la F1.
“Hubo un tiempo en que se debatió si se prohibirían los túneles de viento y si el CFD los reemplazaría. Adrian Newey no insistió en construir uno nuevo hasta que esa cuestión quedó clara. Pero al final decidimos que debíamos hacerlo porque, bajo el límite de costes, el túnel actual es tremendamente ineficiente.”
Horner describió algunos de los desafíos de Bedford: “Es un túnel de viento de 60 años de antigüedad, una reliquia de la Guerra Fría. Ha sido suficiente para producir coches fantásticos, pero tiene sus limitaciones. No podemos usarlo por debajo de los cinco grados, y a más de 25 grados se vuelve muy inestable.”