Triunfo de Lando Norris confirma que el inglés y McLaren están para grandes cosas

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Lando Norris dijo que las mofas en las redes sociales realmente nunca le irritaron durante sus primeras cinco temporadas en las que la victoria se le resistió en la Formula Uno, incluso después de que se convirtió en una de las estrellas emergentes del deporte debido al fenómeno de una serie de Netflix.

Fue una larga espera cuando el equipo McLaren ensambló su programa y trabajó en monoplazas capaces de competir con Red Bull, Ferrari y Mercedes. Norris pasaba el tiempo pendiente de las redes sociales, buscando motivación entre sus detractores.

Su momento llegó el domingo cuando en la 110ma largada de su carrera obtuvo su primera victoria al imponerse ante Max Verstappen, el reinante tricampeón de la F1, en el Gran Premio de Miami. Verstappen ganó las primeras dos carreras en Miami y el sprint del sábado antes de chocar contra un cono temprano el domingo, abriéndole la puerta a Norris.

“Nunca pensé en lo que podía llegar a hacer, así que estoy contento de terminar con eso y demostrarles a muchas de estas personas que estaban equivocadas”, dijo Norris. “Entro a Instagram y me gustan todos los comentarios de gente que despotrica hacia mí. Es algo que me fascina. Me hace sonreír más que nada, especialmente el “Lando No-Wins” (Lando No Gana). En eso se resume todo”.

“Para mí, finalmente que pueda demostrarle aquellas personas que están equivocadas y demostrarles a las personas que no pensaron que podía lograrlo, me causa una sonrisa más grande en mi rostro. Mi total agradecimiento a todos”, añadió.

Norris apareció en la conferencia de prensa tras la carrera con su uniforme empapado en champaña. Verstappen y Lewis Hamilton iniciaron los abrazos de felicitaciones a Norris. Verstappen y Charles Leclerc, tercero en la carrera, esparcieron champaña directo al rostro de Norris en el podio.

Cerró los ojos y elevó su rostro sonriente hacia el cielo mientras se escuchaba “Dios Salve al Rey”, y acurrucó el trofeo ganador como si se tratara de un infante. Fue llevado en volandas por sus compañeros de equipo de McLaren y cuando vio aproximarse al jefe Zack Brown, le advirtió “No rompas mis costillas”, en anticipación al gran abrazo.

“Estoy temblando muchísimo porque quería mantener toda la champaña sobre mí”, dijo Norris riéndose “y ahora estoy super frío”.