74 años de la Fórmula 1

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El 13 de mayo de 1950, el rugido de los motores irrumpió en el circuito de Silverstone, dando comienzo a una era dorada en el automovilismo: la Fórmula 1. Aquella fecha, se disputaba el Gran Premio de Europa, la primera carrera oficial de la categoría reina, un evento que reunió a la élite de la sociedad en una jornada memorable.

Un escenario histórico y una parrilla de lujo

El circuito de Silverstone, construido sobre una antigua base de la Real Fuerza Aérea Británica durante la Segunda Guerra Mundial, fue el escenario perfecto para el debut de la Fórmula 1. Como ya había ocurrido con otros deportes en aquella época, utilizados como lazo para unir a hermanos antes en guerra, el automovilismo sería el protagonista de la jornada.

Los nombres que abrieron esa primera carrera de Fórmula 1 eran 26 de los pilotos más destacados del mundo, provenientes de nueve países, que prometían brindar una emocionante e impredecible carrera. Entre ellos, aparecía el legendario Juan Manuel Fangio acompañado por el turinés Giuseppe Farina, bicampeón mundial de Grand Prix en 1948 y 1949, y el osimani Luigi Fagioli, un piloto italiano con una larga trayectoria en el automovilismo.

Aunque también se encontraban jóvenes promesas como el británico Geoffrey Crossley que, con tan solo 29 años, se convirtió en el piloto más joven en participar de la carrera.

La realeza y la élite del mundo se dan cita

Aparte de la destreza de los pilotos y el atractivo de la competencia, la carrera del 50′ también se vio engalanada con la asistencia de la realeza británica. Su Majestad el Rey Jorge VI, la Reina Isabel I y la Princesa Margarita, junto a Lord y Lady Mountbatten, dieron el presente como espectadores de la competencia desde la tribuna.

Asimismo, se sumó el Príncipe Birabongse Bhanudej Bhanubandh (o Príncipe Bira) de Tailandia, un apasionado del automovilismo que, en lugar de quedarse sentado en la tribuna, compitió al volante de un Maserati, resaltando a la Fórmula 1 como símbolo de estatus y sofisticación.

Alfa Romeo, el verdadero campeón de la carrera

Con sus motores de 1.5 litros y 8 cilindros sobrealimentados, los Alfa Romeo demostraron su supremacía desde el arranque, ocupando las cuatro primeras posiciones de la parrilla. Giuseppe Farina y Luigi Fagioli, pilotos oficiales del equipo, se ubicaron en primera y segunda fila, respectivamente, mientras que el argentino Juan Manuel Fangio y el británico Reg Parnell, también pilotos de Alfa Romeo, completaron la hegemonía italiana.

Fangio intentó alcanzar a los dos italianos y pelearles el primer lugar pero, lo que fue una gran sorpresa, un problema mecánico con su motor lo dejó fuera de la carrera después de la vuelta 62, lo que significó una oportunidad de oro para Farina. Al apagarse las luces, Farina tomó la delantera y se impuso con un ritmo vertiginoso que lo mantuvo en la primera posición durante la mayor parte de la competencia y, finalmente, consolidara su liderazgo.

Parnell, por otro lado, estuvo bastante cerca de arrebatarle el primer lugar al italiano, ya que le pisó los talones durante toda la carrera, siendo fue superado por una diferencia de 2.5 segundos.

Un triunfo histórico y el inicio de una leyenda

La victoria de Farina en el Gran Premio de Europa de 1950, además de marcar el inicio de la Fórmula 1, también lo consagró como el primer campeón de la historia de la categoría. Con 30 puntos al finalizar la temporada, el italiano superó por tres unidades a Juan Manuel Fangio, quien se perfilaba como una futura leyenda del automovilismo.

Con el nacimiento de la Fórmula 1 se encendió una pasión que perdura hasta el día de hoy, y sus protagonistas, aquellos valientes pilotos que desafiaron los límites de la velocidad en un escenario histórico, se convirtieron en leyendas que inspiraron a generaciones de amantes del automovilismo.